¡Qué rápido cambian
los matices! ¡Qué pronto se acaba el perfume!...
Entre tantos absurdos que relaté, nunca toqué la
importancia de lo que en su momento fue… Aquellos besos, aquellas caricias,
aquellas palabras y risas que un día juramos sostener, pero ahora, las promesas
se van tan deprisa que ni siquiera alcanzamos a recordar… Y quizás en la
abstracta analogía de mis frases, hoy quiero hacer memoria de las incontables
veces que esperé tener a mi lado lo que en este instante ya ni recuerdo.
¡Alguna vez lo fue todo!... Alguna vez esa chica, alguna
vez el momento, alguna vez el lugar, la palabra, la fe, las ganas o el deseo
fue todo para nosotros… Mas si embargo, la esencia se va cuando el corazón
madura con la experiencia y la verdad, porque aunque hoy creemos que él o ella
es vital para seguir respirando, años más tarde comprendemos que nadie es
indispensable para seguir adelante.
Y no puedo negarlo ¡Es difícil! ¡Aceptar la verdad cuesta
demasiado! Pues, yo tardé 7 años en entender que el amor de mi vida no era más
que un capricho plástico, que el dinero está allí y solo debemos salir a
buscarlo, que las personas nunca estarán conforme contigo, que Dios es mucho
más profundo de lo que dicen, que no hacemos las cosas porque simplemente no
nos da la gana, que a cualquier individuo que nos tiende la mano llamamos
amigo, y por sobre todo… Que nunca será demasiado tarde para empezar de nuevo y
mucho menos para volver a decir: Te amo.
En la simpleza está la complejidad, y no apegarnos… Es lo
único que nos permite estar en paz. Por ello, aún no comprendo el enorme antojo
que tiene la humanidad de enfrascarse en aquello que no entiende… «No es cuestión de analizar; sino de
aceptar» ¿Para qué cuestionarnos tanto? El paisaje está allí esperando por
nosotros; solo debemos salir a recorrerlo y no a preguntarle por qué tiene
arboles.
Alguna vez cuestionamos, exigimos y pactamos no hacer
algo que posiblemente hoy ponemos en práctica; por ello ¿Para qué joder tanto
con el ego o el orgullo? Si vivir es la única acción que no se repite… «La muerte está tan segura de ganar que te
da toda una vida de ventaja».
Si bien es cierto: «Mañana
será muy tarde porque el ayer ya tuvo su momento» No queda más remedio que desprendernos
de todo lo que nos hizo, hace y hará daño… Porque es demasiado absurdo seguir
sufriendo por pendejadas… «Nadie tiene el
derecho de lastimarte».
Alguna vez nuestra frase lo fue todo, y quizás este
escrito cambie con los años, mas hoy, solo intento plasmar lo simple que es
seguir suspirando… Sonríe, hay todo un camino esperando por vos para ser
recorrido; no te aferres a nada y disfruta el viaje… Atte. Luis Ángel Reyes Hernández (29 de octubre de 2016).
No hay comentarios:
Publicar un comentario